¿Conoces el movimiento First of the Roll?

Si eres un apasionado/a de la fotografía analógica es probable que sepas de lo que te estamos hablando. Y si no es así, seguro que te encantará descubrir este movimiento que no deja de ser un precioso canto a la imperfección y la nostalgia: First of the Roll.

¿Qué es First of the Roll?

Muchos jóvenes no sabrán ni de qué les estamos hablando cuando mencionamos fotografía analógica, carretes de fotos o revelado en tiendas de fotografías. El salto digital ha traído, indudablemente, muchas cosas buenas pero también ha hecho que se pierdan ciertas prácticas que proporcionaban una dimensión más romántica al mundo de la fotografía.

First of the Roll va precisamente de eso: de cámaras analógicas, de carretes y de ese error que suele aparecer en la primera fotografía del carrete y que es mucho más natural y auténtico que los filtros que hoy juegan a imitarlo.

Porque el objetivo de la iniciativa First of the Roll es honrar el error y rendir un homenaje a ese fallo estético que se produce al realizar la primera fotografía analógica. Un fallo que parece irremediable pero que da lugar a un resultado final maravilloso. Se trata de fotografías veladas y descoloridas en gran parte, como partidas a la mitad. En definitiva, un fastidio o un descarte para la mayoría de las personas pero que hoy, y gracias a este movimiento, están dejando de verse así, apreciando una belleza estética que resulta inimitable.

¿Cómo surge este movimiento?

El movimiento ha sido creado por Morion Herbain, un fotógrafo, músico y empleado de televisión afincado en Londres. Para él, las primeras y erráticas primeras fotos de los carretes resultan maravillosas. Según sus propias palabras, este movimiento trata de ser “una celebración de la imperfección en un mundo obsesionado con la perfección”. Un acto de rebeldía contra las fotografías tan estudiadas, lo opuesto a los filtros digitales y la antítesis de los retoques posteriores.

Lo fascinante es que, paradójicamente, esta iniciativa está triunfando en canales digitales como Instagram en donde el hashtag #firstoftheroll ya reúne más de 250.000 fotografías. El hashtag dio lugar a un perfil oficial en el que se recopilan imágenes de todo tipo: paisajes, edificios, trenes, carreteras, flores, escaparates, rostros… Están todas a mitad, más o menos comidas y deterioradas. Son fotos estáticas pero, de alguna manera, tienen mucha más vida que cualquier vídeo que hoy podamos encontrar en las redes sociales.

¿Echas de menos la fotografía analógica?

Para muchas personas, desde el punto de vista estrictamente estético, la fotografía analógica es mejor que la digital. Sus fotos tienen un grano y una textura especial que hoy imitan muchos filtros. Además de que resultan mucho más espontáneas y auténticas que las actuales fotografías digitales que pueden llegar a repetirse cientos de veces hasta conseguir el resultado esperado.

Por otro lado, en la fotografía digital parece que no hay obstáculos, todo juega a favor: se pueden repetir, probar ángulos, retocar y editar con todo tipo de filtros. Las antiguas fotografías analógicas, las del carrete de toda la vida, tenían más valor porque sufrían muchas más limitaciones y conllevaban restricciones inherentes como la imposibilidad de repetirlas tantas veces. En definitiva, una forma de fotografiar que implicaba, sobre todo, otra actitud y otra forma de proceder, más allá de la textura estética del resultado final.

 

Y tú, ¿qué prefieres: una cámara digital o una cámara analógica? Seguro que las personas que realmente disfrutan de la fotografía como afición cuentan con equipos de ambas opciones y se sirven de las ventajas que tiene cada una. Sin duda, ese primer error del carrete analógico es una de esas cosas buenas que nos dejan las viejas tecnologías. Y que ojalá no dejen de ocurrir nunca.